ÁFRICA CABO
La experiencia universitaria es algo que
todos, cuando llega el momento, tenemos que preparar y tomar decisiones.
Algunos de los que leeréis esto, ya habréis pasado esta etapa y sabréis todo lo
que significa, y otros estaréis en diferentes cursos del instituto y os
quedarán más o menos años para llegar a la universidad. Pero tengáis los años
que tengáis seguro que os gusta que alguien os cuente su experiencia… A mí, de
hecho, me hubiese gustado. Porque el inicio de esta etapa es mucho más que una
carrera, unas asignaturas, x créditos y miles de cosas más que yo entiendo que
haya que explicar a los alumnos, pero no lo son todo… Para nada. Hay un gran
peso emocional que es todo lo demás que envuelve a lo académico y que es lo que
a mí me hubiese gustado que también se nos explicase… Por eso yo os voy a
contar aquí la mía, ¡mi experiencia universitaria!
La verdad, a mí “la universidad” era algo que
me sonaba demasiado grande, ya desde el colegio, y por eso siempre lo vi como
algo lejano en el tiempo…, como si nunca fuese a llegar. Pero la verdad es que
los años pasan y de repente te ves en segundo de bachillerato decidiendo cuál será
tu futura carrera o en dónde quieres estudiar. Aunque yo diría que ni siquiera
en ese momento sabes realmente lo que vas a vivir.
Lo que voy a contar en estas líneas es un poco
lo que yo he vivido, este cambio de vida. Estoy haciendo Psicología en la
Universidad de Oviedo, por lo que, al estar fuera de tu ciudad, la experiencia
es aún mayor. Solamente el hecho de la universidad ya es un gran cambio, pero
si encima no vives con tu familia sino en una residencia con más chicos de tu
edad, es inevitable que sea diferente.
Lo de la resi ha sido un gran descubrimiento:
he conocido a un montón de gente súper maja y de diferentes procedencias. En la
vida colegial el sentimiento de ayuda está muy presente, se crean muy buenos
lazos…, ¡somos como una gran familia! Como en todas partes, también hay
problemas, pero forman parte de la experiencia… y te ayudan a madurar porque
muchas veces implican que te tienes que buscar la vida y arreglártelas por tu
cuenta. No os voy a mentir, al principio no es fácil. Acostumbrados a vivir
siempre en nuestra casa con todas las comodidades y facilidades que ello
supone, alejarte de ese entorno cuesta. Cuesta porque estás acostumbrado a que,
si surge algo, probablemente tus padres te lo solucionen. Aquí maduras un
montón en ese sentido porque tienes que aprender a valerte mucho más por ti
misma y a solucionar tus propios problemas… pero yo lo veo como algo muy
positivo y que te hace crecer como persona…, que, al fin y al cabo, ¡forma parte
de la vida!
La parte de la uni quizás fue la más
desesperante. Al principio no entendía nada, no sabía ni a qué clase tenía que
ir, ni quiénes eran los profesores… ¡ni siquiera sabía mi horario! Después de
mucho indagar, preguntar y buscarme la vida, pude por fin resolver muchas de
estas dudas... La peor parte probablemente sean las clases de la tarde… Es el
principal cambio con el instituto. Ya ha pasado más de un mes y me he
acostumbrado a ir caminando a la facultad mientras ves a la gente que va a comer a
sus casas… Me he acostumbrado, sí, pero no puedo evitar pensar lo bien que
estaría tener las clases por la mañana, como hasta ahora siempre había sido.
Aunque sean menos horas que en el instituto y parezca ilógico o absurdo, las
mañanas no te cunden al igual que lo hacían las tardes (para organizarte tu
tiempo y dedicarte a algo más que estudiar). Además de las clases teóricas por
las tardes, también tenemos una o dos mañanas a la semana de clases prácticas.
Los lunes, por ejemplo, yo tengo que estar en la facultad de 9 a 13 y de 16 a
20… Sí, os parecerá una locura (a mí también me lo parecía) pero no queda otra
que adaptarse… Al fin y al cabo toda esta etapa implica un montón de novedades
y ¡hay que hacerse a ellas!
Otra gran diferencia con el insti es la
responsabilidad que tienes en la universidad. Todo lo relacionado contigo cae
sobre ti, no hay nadie que se vaya a preocupar de te controle ni te vigile ni te ayude ni te
pase lista… Si ya en el cambio del colegio al instituto parecía que los
profesores eran mucho más fríos, en la universidad ya no hay ni comparación: la
mayoría de ellos no saben ni siquiera quién eres, ni tu nombre, ni si asistes o
no a clase, ni nada…
De todas formas, en la universidad estás porque
se supone que has decidido estudiar eso y probablemente además te guste más que
lo que habías estudiado hasta ahora, que era todo mucho más general, y ahora
por fin te centras en lo que de verdad te interesa. En mi caso, la psicología
me encanta, por lo que me ayuda mucho a la hora de trabajar y prestar atención
en las clases, porque ya de primeras vas con más ganas e interés. Aun así yo
pensé que en la carrera te enseñaban cosas para aprenderlas y se centraban
mucho en eso (es decir, que importaba más el aprenderlo bien, porque van a ser
los pilares de lo que te gustaría trabajar en un futuro y hay que saberlos muy
bien); pero no, sigo viendo que se centran demasiado en la nota y siempre
hablan todo con proyección al examen. También ha habido más compañeros que me
han comentado que sienten lo mismo, que se sigue dando demasiada importancia al
examen (que es obvio que la tiene) y menos a aprender bien la materia que
consideramos es lo más importante para nuestro futuro.
Me dijeron que hablara sobre las diferencias
insti-universidad, y yo creo que son estas las principales que yo he vivido.
Aun así también quería contaros ese poquito de la resi, porque ambas están
siendo una gran experiencia. Una experiencia que, por mucho que yo haya
intentado explicar… ¡nunca será lo mismo hasta que no hayáis vivido la vuestra!
;)
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