El día 1 de febrero me
levanté con una sonrisa porque me apetecía aprender muchas cosas sobre las
cuevas que íbamos a visitar. El tiempo era malísimo, llovía y granizaba, y cuando llegamos, me di cuenta de que yo ya
había estado allí, pero no había visitado la cueva de “Las monedas”.
Me encantó el chico que nos
tocó como guía porque nos lo explicó todo como si hubiésemos estado nosotros
viviendo en la cueva en el momento en el que hicieron las pinturas.
Cuando entramos a la
segunda cueva, la de “Las monedas”,
comenzó a granizar y nos calamos enteros. En el interior de la cueva estaba
todo lleno de barro, las escaleras
resbalaban y casi acabo en el suelo. Lo
que más me gustó de la visita fueron las estalactitas y las estalagmitas:
Espero poder disfrutar
muchas excursiones como esta, ya que tenemos la suerte de que desde el
instituto nos llevan a sitios tan interesantes.
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