Después
de varios años de concienciación, en casi todas las casas reciclamos cartón,
envases, pilas, cristal, etc. Pero lo importante ya no es que reciclemos lo más posible, más bien todo
lo contrario. Me explico: se trata de comprar de la manera más ecológica que
podamos para que el volumen de reciclado por domicilio se reduzca para que a
nivel “macro” se vean disminuidas
también las toneladas de material de desecho
con las que invadimos nuestro querido planeta.
Por
ejemplo, ¿por qué pedir bolsas en la tienda para llevar nuestra compra? Es
fácil tener tus propias bolsas reutilizables, aunque por un par de bolsas no
pasa nada. Ya, ya..., pero leed atentamente porque los grandes números cantan.
Resulta
que las aguas oceánicas están llenas de bolsas de plástico. ¿Y sabéis cuántas? Pues una cantidad que rellenaría 34 veces la isla de Manhattan hasta medio
metro de altura. ¡Uf, qué horror! Esto ya me suena mal, una bolsa
no, pero esto sí.
El
plástico no desaparece hasta después de millones de años pero se va degradando
poco a poco hasta llegar a micropartículas que terminan dañando la flora y
fauna marinas. Escuché hace unos días que el 85% de las tortugas tienen
plástico en el sistema digestivo.
Yo
ya he decidido que voy a poner mi granito de arena porque lo que vemos como
pequeños detalles forman en realidad una gran playa de acciones ecológicas.
Vamos a colaborar todos, y aconsejádselo también a vuestros padres y madres, y
así cuando en la caja de un comercio te pregunten “¿cuántas bolsas?”, le contestemos
orgullosos “ninguna, bolsas de plástico no, gracias”.
YOLANDA GÓMEZ
(madre de un alumno del centro)
No hay comentarios:
Publicar un comentario