martes, 14 de abril de 2015

Primer día del viaje de estudios de 4.º ESO 2014/15

A las siete de la mañana partía el autobús en dirección a Barcelona que iba a trasladar a 47 estudiantes de 4.º de la ESO del IES Las Llamas para realizar su viaje de fin de estudios. Ansiosos aguardaban en la acera, acompañados por sus padres muchos de ellos, a que el autobús abriera sus puertas. El viaje se ha desarrollado sin contratiempos: además de las paradas de turno en varias estaciones de servicio, el grupo ha hecho una parada más extensa en el centro de Zaragoza, receso que algunos alumnos han aprovechado para comer y para entrar en la basílica del Pilar.

El viaje en autobús ha estado plagado de no pocas anécdotas. A pesar de que los chicos han arrancado un poco amuermados, al final han terminado cediendo a las exigencias del profesorado de animar el viaje y de abandonar prácticas más individualistas como los auriculares o un altavoz que dinamizaba la parte de atrás del vehículo con música varia: han terminado pasando por la parte delantera para hacerse entrevistas en el micrófono del autocar, para “radiar” el viaje, para abuchear el Camp Nou, e incluso para cantar. Especialmente participativo ha sido el alumno Miguel Sazatornil (E4C), quien ha contado algunos episodios de su vida íntima y ha llegado, entre otras cosas, a entonar un dúo con su hermano mellizo Jaime, también de E4C, con quien ha llegado incluso a expresar públicamente su deseo de formar un grupo llamado Mellizeitors, o algo así.


A la llegada a Barcelona, los alumnos rápidamente han podido entrar en la basílica de la Sagrada Familia, donde, divididos en dos grupos, han realizado una visita con audioguía. La visita ha durado aproximadamente una hora, de siete a ocho, tras la cual, a toda prisa, han debido montar en el autobús para llegar al albergue a tiempo de la cena, cosa que en verdad no ha sucedido por motivos varios, como la dificultad de acceder en autobús al estacionamiento destinado al mismo, entre otras cosas. Afortunadamente, la amabilidad de los recepcionistas ha favorecido la ampliación del turno de comidas, por lo que la llegada se ha producido sin contratiempos. Al menos no demasiado aparatosos hasta que Rebeca Fernández (E4B) se ha torcido un tobillo y el conjunto de los chicos ha descubierto, al entregarles las llaves de las habitaciones, que estas no tienen enchufes. Visiblemente consternados, algunos incluso fastidiados o enfadados, buscaron rápidamente soluciones, aunque se confía que muchas de ellas sean provisionales. Se seguirá informando de estos asuntos en próximas crónicas.









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