A
las siete de la mañana partía el autobús en dirección a Barcelona que iba a
trasladar a 47 estudiantes de 4.º de la ESO del IES Las Llamas para realizar su
viaje de fin de estudios. Ansiosos aguardaban en la acera, acompañados por sus
padres muchos de ellos, a que el autobús abriera sus puertas. El viaje se ha
desarrollado sin contratiempos: además de las paradas de turno en varias
estaciones de servicio, el grupo ha hecho una parada más extensa en el centro
de Zaragoza, receso que algunos alumnos han aprovechado para comer y para
entrar en la basílica del Pilar.
El
viaje en autobús ha estado plagado de no pocas anécdotas. A pesar de que los
chicos han arrancado un poco amuermados, al final han terminado cediendo a las
exigencias del profesorado de animar el viaje y de abandonar prácticas más
individualistas como los auriculares o un altavoz que dinamizaba la parte de
atrás del vehículo con música varia: han terminado pasando por la parte
delantera para hacerse entrevistas en el micrófono del autocar, para “radiar”
el viaje, para abuchear el Camp Nou, e incluso para cantar. Especialmente
participativo ha sido el alumno Miguel Sazatornil (E4C), quien ha contado
algunos episodios de su vida íntima y ha llegado, entre otras cosas, a entonar
un dúo con su hermano mellizo Jaime, también de E4C, con quien ha llegado
incluso a expresar públicamente su deseo de formar un grupo llamado Mellizeitors, o algo así.
A la
llegada a Barcelona, los alumnos rápidamente han podido entrar en la basílica
de la Sagrada Familia, donde, divididos en dos grupos, han realizado una visita
con audioguía. La visita ha durado aproximadamente una hora, de siete a ocho,
tras la cual, a toda prisa, han debido montar en el autobús para llegar al
albergue a tiempo de la cena, cosa que en verdad no ha sucedido por motivos
varios, como la dificultad de acceder en autobús al estacionamiento destinado
al mismo, entre otras cosas. Afortunadamente, la amabilidad de los
recepcionistas ha favorecido la ampliación del turno de comidas, por lo que la
llegada se ha producido sin contratiempos. Al menos no demasiado aparatosos
hasta que Rebeca Fernández (E4B) se ha torcido un tobillo y el conjunto de los
chicos ha descubierto, al entregarles las llaves de las habitaciones, que estas
no tienen enchufes. Visiblemente consternados, algunos incluso fastidiados o
enfadados, buscaron rápidamente soluciones, aunque se confía que muchas de
ellas sean provisionales. Se seguirá informando de estos asuntos en próximas
crónicas.
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