(Crónica elaborada por Marina Cordovilla y Nicolás Lizcano, ambos de E4B)
GOOGLE MAPS HA
FALLADO UNA VEZ MÁS
A primera hora, hemos
cogido el autobús para dirigirnos al Museo de la Ciencia. Los recepcionistas
eran figuras inertes de cera tales como Albert Einstein. Se han mostrado un
tanto fríos, ya que no reaccionaban ante los insistentes intentos de los profesores
de entablar conversación. Tras haber esperado un breve rato en los bancos de la
Plaza de la Ciencia, hemos descendido a la planta -5, en la cual se encontraba
concentrada la mayor parte de la exposición. Allí pudimos encontrar numerosos
experimentos científicos con los que interactuar, además de fósiles, peces,
anfibios y otros elementos antiquísimos.
A
mediodía, hemos ascendido hasta el Tibidado para admirar las vistas de la
ciudad y ver las diversas y coloridas atracciones. A la hora de la comida,
hemos bajado a Las Ramblas para hacer lo propio. Tras esto, hemos realizado
nuestra propia ruta del Modernismo, admirando el exterior de alguna de las
obras de Gaudí como la Pedrera y la Casa Batlló, ambas situadas en el Paseo de
Gracia. En el Park Güell, hemos observado Barcelona desde otra perspectiva y hemos
visto las curiosas construcciones metafóricas de Gaudí. La última actividad del
día ha sido el ascenso a un mirador mal señalizado al que hemos podido acceder
gracias a las indicaciones de los vecinos del barrio de Turó de la Rovira. La
vuelta a la zona del albergue ha sido, sin lugar a dudas, la más accidentada
del viaje. Hemos podido comprobar de primera mano que es un barrio muy
complicado y que es bastante complejo orientarse en él. Tras haber empezado a
cenar en el Telepizza y haber terminado comiendo en la calle, el grupo ha
tratado de volver al punto de encuentro, pero una parte de este ha pretendido
atajar y finalmente ha acabado teniendo que retroceder, ya que el acceso al
puente desde la calle en la que han desembocado era inexistente.
Finalmente,
a la llegada al albergue nos hemos encontrado con nuestros “maravillosos”
compañeros franceses. También nos hemos relacionado con el conserje del
albergue, un tipo quisquilloso y que no tiene en consideración a los
profesores, el cual se ha dedicado a pasearse por los pasillos y a llamar a las
puertas siniestramente mientras nuestros profesores hacían guardia por estos.
Esto
ha sido todo por hoy, seguiremos informándoles en las próximas ediciones de
este noticiario.
(A continuación se adjuntan imágenes de la jornada.)
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