Texto creado por HÉCTOR CASTANEDO, alumno de 1.º Bachillerato D
(@Hector_904 en Twitter), dentro del concurso "Carta a un militar español"
TEXTO MERECEDOR DEL PRIMER PREMIO POR CANTABRIA
TEXTO MERECEDOR DEL PRIMER PREMIO POR CANTABRIA
Ramón de Bonifaz
y Camargo fue, si no el primero, de los primeros marinos de la Armada española,
pues formó parte de ella sin que esta existiera. Su labor fue sin duda
determinante para el curso de la historia de nuestro país, pues fue el
encargado de dirigir una expedición desde el puerto de Castilla, en el norte de
España, hasta Sevilla, para reconquistarla de las manos de los árabes.
De esta intrépida
expedición sabemos que fue encomendada por el rey Fernando III el Santo a
principios del año 1247 y que, en ese mismo año, nuestro valiente marino partió
desde el norte de España con trece veleros y cinco galeras, que se habían
construido ex profeso para esta expedición
rumbo a Sevilla. Para ello tuvo que bordear toda la costa oeste de la
península, plantándole cara a todas las adversidades que pueden convertir a un
barco en un matadero, pues los barcos de la época no navegaban más que con
vientos portantes, es decir, aquellos que impulsan al barco por la popa, cuando
en zonas de costa como esta el viento no suele ser favorable. Aunque una vez en
el sur de la península, la verdadera proeza era navegar río Guadalquivir
arriba.
Tuvieron que esperar días hasta que viento y
marea se pusieron de acuerdo, además de que necesitaron reforzar tanto las
proas como los palos de sus naves más gruesas, las que se encargarían de
impactar directamente contra el puente-barrera que iba desde la torre del oro
de Sevilla hasta el palacio de Triana. Esta pudo ser igual la parte más
compleja de la expedición, pues ellos tan solo contaban con menos de veinte
pequeños navíos, y se estaban adentrando en una tierra hostil que les haría
llover todo tipo de proyectiles dispuestos a desmantelar la complicada
operación que hasta el momento habían parecido controlar. Aún así, llegaron
hasta las famosas cadenas que coronaban el río, y como habían planeado antes de
partir, lograron deshacerse de ellas con tan solo el impacto de dos de los
buques. Fue el segundo impacto, por parte del buque en el que navegaba Bonifaz,
el que definitivamente las destruyó y por tanto aisló Sevilla de toda ayuda que
pudiera recibir del ejército árabe, lo que constituyó un acto decisivo por
parte de Bonifaz para el transcurso de nuestra historia, pues si él no hubiera
encabezado esta peligrosa expedición, probablemente el devenir de los
acontecimientos podría haber sido muy distinto, ya que esto supuso el punto de
partida de la liberación de Sevilla.
Hoy en día aún
podemos apreciar la importancia de esta hazaña, pues tanto en el escudo de Cantabria como en el de varias
localidades de la región, aparece la torre del oro de Sevilla, el barco de
Bonifaz, y las cadenas que este rompió, en homenaje a la valentía que estos
soldados españoles, además de Cántabros, demostraron viajando hasta Sevilla
para liberar la ciudad del ejército árabe y así dar el primer paso hacia la Reconquista.
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