Del 24 a 29 de abril, un grupo de casi 50 alumnos de 4º ESO
realizaron un viaje de estudios a París, acompañados por los profesores Aurelio
Ocaña, Cristina López y Ana Fuentes.
Del
pasado día 24 de abril, hasta el 29 del mismo, parte de los alumnos de 4ºESO de
nuestro centro viajaron a París, acompañados por tres profesores del instituto.
Durante los 5 días que estuvieron en la capital gala, tuvieron la oportunidad
de recorrer los lugares más conocidos y emblemáticos de esta, sin dejar de lado
al tiempo de recreo que tuvieron durante la última jornada allí, que pasaron en
el Parque Eurodisney.
LUNES 24
El
viaje a París comenzó a las 7:30 de la mañana en los Campos de Sport del
Sardinero, lugar donde estaba estacionado el autobús que debía llevarnos a
París. Se suponía que debíamos salir a las 8:00, pero debido a un malentendido
con un profesor sobre la localización del autobús, la salida se retrasó cerca
de media hora.
El
viaje en sí, a pesar de tener una duración de 12 horas, no se les hizo
especialmente largo a los alumnos, que durante la mayor parte del trayecto
pusieron música y estuvieron conversando entre ellos, así que no hubo apenas
tiempo para dormir. Además, en total hicieron 2 o 3 paradas, que les sirvieron
para mantenerles con fuerzas, y de paso, comprar algo de comida o bebida en las
estaciones de servicio.
Al
filo de las nueve de la noche se comenzaron a divisar los edificios más altos
de París, por lo que a todo el mundo le subieron los ánimos, en parte por la
ganas de pisar suelo parisino, en parte, por otro lado, por salir ya del
autobús.
Tras
la llegada al hotel sobre las 21:10, los alumnos tuvieron que esperar un buen
rato a las puertas del restaurante del hotel, donde tras una espera de
aproximadamente media hora, pudieron entrar, cenar, y tras ello, subir a las
habitaciones para sacar las cosas de las maletas e irse a dormir.
MARTES 25
La
mañana del primer día la pasaron en el autobús, realizando una vista panorámica
comentada por todo París, y con varias paradas en lugares emblemáticos. Tras
tres horas en el autobús, se dirigieron hacia la Torre Montparnasse para subir
hasta su azotea, la cual tenía una vista privilegiada de toda la ciudad a 210 metros de altura.
Tras
pasar el control de seguridad, hecho que se convertiría en rutina a lo largo del
viaje, los alumnos y profesores se montaron en un ascensor que en apenas 30
segundos nos dejaba una planta por debajo de la azotea, el cual también tenía
unas preciosas vistas, pero sin tenerse que exponer al fuerte viento que hacía
en lo alto de la Torre.
Ya después, tras bajar de Montparnasse
y comer un bocadillo, se dio un paseo por algunos de los lugares más
emblemáticos del centro de París, por ejemplo, el Panteón, al cual no pudieron
acceder, o Notre Dame, y en este caso sí que se pudo entrar al interior, aunque
parte de este estaba cerrado al público porque estaba llevando a cabo un
concierto de música religiosa.
Tras la visita a Notre Dame se
continuó dando un paseo por el centro de París, aunque sin visitar ningún sitio
de especial interés.
Como ya se estaba haciendo tarde, los
alumnos y profesores fueron yendo al restaurante donde cenaron, el cual no
destacó, precisamente, por su buena comida, que recibió críticas por todos los
lados, tanto por el servicio, como por la calidad de los productos servidos.
MIÉRCOLES
26
A primera hora del miércoles todos los alumnos
fueron trasladados a la Plaza de la Concordia en el mismo autobús que les llevó
a París. Desde ese lugar, fueron dando un paseo hasta los Inválidos, lugar donde
está enterrado Napoleón Bonaparte, al igual que su hermano, y Rey de España,
José Bonaparte. Si bien desde fuera el edificio destacaba por su bonita cúpula,
el interior era aún más impresionante, por la gran amplitud del
edificio una vez dentro, y la colocación de la tumba de Napoleón, que se
hallaba en el medio de la planta, en un nivel inferior.
Tras ver Inválidos, todo el grupo
se trasladó hasta el Museo del Louvre, donde pasaron el resto de la mañana,
hasta las 14:30. Una vez allí, se dejó a los alumnos recorrer el museo solos,
ya que debido a su tamaño, era imposible recorrerlo en una mañana, por lo que
estando solos podrían elegir lo que querían ver, sin tener que seguir a un
grupo.
A las 14:30, hora en la que se
había acordado reunirse en la entrada del museo para poder partir hacia la
Torre Eiffel y tratar de subir a esta, comenzó a llover, aunque esto no evitó
que, a toda velocidad, alumnos y profesores se dirigieran a la base de la Torre
con la esperanza de que no hubiese una gran cola, pensando que la lluvia habría
desanimado a los turistas a visitarla, como finalmente ocurrió.
Tras pasar el control de
seguridad, uno de los pocos que inspeccionaba a las personas a fondo, todo el
mundo se encontraba en la base de la Torre, a resguardo de la fuerte lluvia, y
con unas ganas inimaginables de poder subir a lo alto de la Torre Eiffel, para
poder observar toda la capital francesa a incluso mayor altura que la Torre
Montparnasse.
Bajo estas lineas se muestra una
vista de la Torre Eiffel bastante distinta a la se acostumbra a ver y otra foto del grupo con la Torre de fondo:
Al bajar de la Torre, todos los
alumnos y profesores se apresuraron en ir hacia un embarcadero cercano, donde
estaba planeado coger un barco que recorriese el Sena, permitiéndoles observar
todas las edificaciones colindantes con este, a la vez que poder disfrutar, por
ejemplo, de una instantánea bastante bonita de la Torre Eiffel:
Cuando acabó el paseo por el
Sena, y tras montarse otra vez en el autobús, todos los alumnos y docentes
fueron conducidos a los Campos Elíseos, ya que esa era la noche de cena libre.
Allí se dio a los alumnos una hora y media para que cenasen y pudiesen dar una
vuelta por esa zona, por lo que algunos aprovecharon y fueron a ver el Arco del
Triunfo, a la vez que la gran mayoría de sus compañeros cenaban en un
McDonalds.
JUEVES 27
La mañana del jueves estuvo
enteramente dedicada a visitar el palacio de Versalles, y sus jardines.
Al llegar a una explanada frente
a este, alumnos y profesores bajaron del autobús, y como ya era habitual, los
vendedores ambulantes de llaveros de la torre Eiffel nos acompañaron hasta el
control de seguridad.
Al pasar la inspección de
seguridad, se acordó con los profesores que se tendría una hora libre para
poder visitar los jardines del palacio. Es aquí cuando el grupo se separó en
otros más pequeños, quedándose algunos en las zonas más cercanas con el
palacio, mientras que la gran mayoría bajaron hasta la zona del estanque, donde
se entretuvieron dando una vuelta por la zona, sentándose al borde del
estanque, o jugando con una oca que intentaba morder a todo el que se acercase.
Una vez dentro del palacio, y
tras visitar los jardines de este, se dispusieron a visitar las diferentes
estancias del palacio. En esta labor tardaron cerca de una hora y media.
La opinión general fue que el
palacio, de por sí, estaba bastante bien, y era muy bonito, pero se echaba en
falta que estuviesen abiertas más salas al público, a la vez que hubiese menos
gente, ya que en algunas estancias no se podía apreciar la belleza de estas por
la acumulación de personas.
Al acabar de ver el palacio, y en
vista de que ya era la hora de comer, se dejó a los alumnos ir a comer al lugar
que quisieras, siempre que no se alejasen mucho del Palacio. Fue en este rato
cuando buena parte de los estudiantes encontraron un supermercado barato (el
primero que veían en Francia), por lo que se decidieron a hacer acopio de
comida para esa tarde, noche, y el día siguiente.
Al acabar la comida, todo el
grupo partió de nuevo hacia el centro de paría, y en este caso se dispusieron a
visitar el Arco del Triunfo, en el que había una acumulación de personas tan
grande que se llegó a hacer molesto el estar allí.
Al acabar en el Arco del Triunfo,
todo el grupo se dirigió hacia la zona del Moulin Rouge y Sacre Coeur, donde se
vivió una experiencia nada agradable, ya que en las escaleras de subida a la
iglesia estaba el cadáver de un hombre, que por circunstancias que
desconocemos, había perdido la vida en ese lugar.
En este punto, debemos
disculparnos por la ausencia de fotografías del resto del día, ya que la cámara
con la que se han sacado el resto se quedó sin batería.
Tras ver el interior de Sacre
Coeur, el grupo se dirigió hacia la zona del Barrio de los Pintores, dónde
estuvieron algo más de media hora viendo las calles y plazas más importantes
del lugar, además de poder comprar algún que otro souvenir.
Al acabar de ver el Barrio de los
Pintores, todo el grupo fue a pie hasta la fachada del mítico Moulin Rouge,
frente a la cual todo el mundo se sacó las fotografías de rigor en un lugar tan
conocido como era este.
Tras poder sacar las fotografías de rigor,
estudiantes y profesores se dirigieron al lugar dónde cenaron (otra vez, un
local de la cadena Flunch), el cual no fue del agrado de la mayoría del
grupo, tanto por la elaboración de la comida, como por, como algunas personas
dijeron, el ambiente del local.
VIERNES
28
El que fuera el último día en
París comenzó como cualquier otro, aunque con la notable diferencia de que
tuvieron que preparar todas las maletas y mochilas para poder llevarlas al
autobús que horas después les llevaría de vuelta a España. Aunque esa no era la
única diferencia con respecto a días anteriores, ya que la última jornada en
suelo francés se pasaría en el conocido parque de atracciones Eurodisney.
A la llegada al parque, hubo que
esperar a las puertas de los controles de seguridad mientras que los profesores
se encargaban de recoger las entradas para poder entra a los dos parque que
integran Disneyland París: Eurodisney y
el Parque Walt Disney Studios.
Una vez pasado el control de
seguridad, se acordó que cada tres horas los alumnos debían dirigirse a la
entrada del recinto para hacer un recuento y saber si había ocurrido alguna
incidencia, como, por suerte, finalmente no ocurrió.
A partir de ese momento, el grupo
se dividió en otros más pequeños, y que en su mayoría se dirigieron al Parque
Eurodisney, ya que era este el que tenía la gran mayoría de las atracciones,
aunque parte de los grupos optaron por pasar la mañana en el Walt Disney
Studios, y la tarde en Eurodisney:
Sobre las 23:00 dio comienzo un
impresionante espectáculo que jugaba con proyecciones en el conocido castillo
Disney, fuegos artificiales y fuentes de agua; que había sido renovado
recientemente, y cuya puesta en escena era perfecta para concluir un día
completamente dedicado al ocio y a recordar, en algunos casos, estancias
anteriores en el Parque.
A continuación incluimos un vídeo
con parte del espectáculo:
Ya, para concluir la jornada, el grupo al completo
se dirigió hacia la salida del parque y el aparcamiento, donde el autobús les
esperaba, listo para volver a Santander, tras haber pasado cinco días que ninguno
de los asistentes podrá olvidar, en la gran ciudad que es París.
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