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MIGUEL FERNÁNDEZ DE BOBADILLA
(@miguelfdezd en Twitter)
Segundo de bachiller, un año que aparentemente asusta, pero que no es para
tanto.
Yo pasé de primero a segundo “limpio”, pero habiendo dejado hasta siete de
las nueve asignaturas en la segunda evaluación de ese curso, un desastre, por
lo que en cierta parte tenía algo de miedo de cómo me podría ir en segundo y de
la obligación que tenía de levantar mi media de un 5,25 a un 7 para poder
estudiar lo que quería.
Desde el primer día que entras a clase no paras de oír las palabras mágicas
PAU y Selectividad. Así se empieza muy bien el curso, como sabéis, es entonces
cuando te propones llevar todas las asignaturas al día para que “no te pille el
toro”. Pero como todo el mundo sabe, la primera semana es de “contacto” por lo
que no se hace nada y al final, esta semana se alarga hasta que te dan el
primer susto, por lo que vas asimilando que igual eso de llevarlo al día viene
mejor que “pegarte la panzada” de estudiar un examen el día antes. Aún así no
lo haces realidad y de repente te das cuenta de que estás a finales de
noviembre y sigues en esa semana de “contacto” en la que solo te pones a
estudiar cuando ves el calendario y dices: “¿¡Que mañana hay examen de qué!?”.
Pero bueno, hay algunos casos en los que eso de estudiar los dos/tres días antes
funciona con muy buenos resultados y otros que no. En mi caso en la primera
evaluación solo me quedó, como a lo largo de todo el curso, matemáticas,
asignatura que ya os aviso no va a ser sencilla aunque la lleves al día. En
cambio, las demás para mi sorpresa estaban aprobadas con notas que se
encontraban alrededor del seis y el siete. Yo creo que la nota más baja seguramente
era el cinco en filosofía.
Ahora mismo algunos estará pensando “¿con esas notas que se puede
estudiar?”. Pues de momento nada, primero hay que aprobar selectividad. Van
pasando los meses, los exámenes, y es entonces cuando llegan las notas de la
tercera evaluación a finales de mayo y me dan el disgusto de que me ha quedado
una, esa que me había currado como ninguna (#TweetSerio). En ese momento entran
en acción buenas personas como mis padres, mi novia, mis amigos, algunos profesores…, todos ellos me ayudaron a “dar la vuelta a la tortilla”. Conseguí aprobar la
asignatura a través de la Consejería de Educación, lo cual me produjo una gran
ilusión.
La noticia de que me habían aprobado la asignatura me la dieron a una
semana y tres días para la temida Selectividad, por lo que cuando llegué a casa
me hice mi horario de estudios en función de todo lo que tenía que estudiar y
claramente con sus merecidos descansos. Fue tan sencillo como seguirlo, era el
último esfuerzo, solo me quedaban dos semanas para acabar y tener un verano
digno de pre-universitario.
Lo conseguí. A la semana de acabar la selectividad me dieron las notas con
todo aprobado alcanzando una media total de 9,2. Eché matrícula en diferentes
universidades fuera de Cantabria, concretamente en Madrid, y ahí es donde me
cogieron, en la Universidad Rey Juan Carlos, para estudiar Ingeniería
Industrial… Y la verdad es que estoy encantado donde estoy, con quien estoy
y claramente de mi carrera.
Las claves para todo alumno de segundo de bachillerato yo creo que serían
principalmente tomarse el curso con tranquilidad pero con cierto control. Así
lo saqu´ yo, pero no por ello se asegura el aprobado. Y a la hora de
Selectividad es tan fácil como hacerse un horario bien organizado, estar tranquilo y seguro de
uno mismo debido a que el nivel que exigen en PAU es más inferior al que piden
en el instituto.
¡Buena suerte, chico/as!
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