Artículo publicado por FRANCISCO MATORRAS,
alumno de 4.º ESO A
A menudo me
ocurre que salgo con algún amigo y que este se preocupa más de una conversación de
whatsapp que de mí, y nunca lo he entendido, pues, para eso, ¿no es
mejor quedarse uno en su propia casa, en la comodidad de tu sofá? Y alguna
vez lo he comentado, mas las únicas respuestas que he recibido son: "mis padres
se enfadan si lo hago, y es que así tomo el aire". Con la primera estoy de
acuerdo, pues yo también me enfadaría, mas a la segunda suelo contestar, con
mucha coña, "¡abre la ventana!".
También soy
testigo frecuente de gente caminando con la cabeza hacia abajo sin levantar la
mirada de su smartphone, aunque lo más sorprendente es que no
acostumbro a ver choques o caídas, aunque más de una sí he visto. Pero uno de
los problemas más graves derivados de este uso es el de las personas que cruzan la
carretera de esta forma, con semáforos en rojo o por zonas de carretera sin
paso de peatones. A más de uno he visto yo también salvarse por la habilidad del
conductor.
Pero tras mucho
meditar he concluido que el colmo de todo esto son todos aquellos que “guasapean”
mientras conducen. Porque, si tu vas andando mirando el móvil y te chocas, te haces daños tú, o como mucho le das un golpe a alguien, pero, si esto mismo
lo trasladamos a la conducción, probablemente no seas tú quién más perjudicado
salga, e, incluso, podrías atropellar a alguien y que eso le costase la vida y
tu no tendrías ni un rasguño. Es verdad que
este último caso es el más extremo, pero también puede ocurrir.
Otro caso
relacionado con los móviles es el de aquellas personas que tienen que estudiar,
trabajar o hacer algo similar pero que antes de empezar envían un mensaje, o
suben una foto a alguna red social, y que, de repente, se dan cuenta de que han
pasado la tarde entera sin tocar un libro.
Podría quejarme
mucho de esto, pero creo que no procede, pues, aparte de gastar un tiempo que
ambos podríamos aprovechar en algo mucho más útil, sería en parte una
hipocresía. Porque mentiría si dijese que nunca he dejado un trabajo para el
día siguiente por culpa del móvil. Es más, este párrafo he tardado el triple en
redactarlo porque me llegó un mensaje y claro, una cosa llevó a la otra y... Ya
sabéis cómo acaba la historia.
(Para obtener más información: ¿qué es el phubbing? Aquí sabrás algo más sobre este término ampliamente relacionado con el contenido del artículo.)
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