Reseña publicada por ELENA KÖHLER (perfil en Goodreads),
alumna de 3.º ESO A
La verdad sobre el caso Harry Quebert trata
sobre la desaparición y asesinato de la joven Nola Kellergan. Al ver a su amigo
Harry acusado injustamente, Marcus Goldman investigará lo que de verdad ocurrió
el 30 de agosto de 1975, con el fin de lograr demostrar la inocencia de su
amigo.
Con este libro he tenido una relación de “amor-odio”.
Por una parte, comienza muy bien; engancha desde la primera página y mantiene
en tensión al lector. Además, las situaciones cómicas que protagonizan la madre
de Marcus, el Señor y la Señora Quinn y el sargento Gahalowood lograron arrancarme
una sonrisa en varias ocasiones.
En general, el relato tiene un ritmo
trepidante. Debo confesar que mi curiosidad y ganas de saber aumentaban en el
nudo. ¿Qué ocurrió el verano de 1975?
Pero, por otro lado, había veces en las que
tenía ganas de estampar el libro contra la pared. Los diálogos son melodramáticos
y no soportaba la relación entre Harry y Nola.
“¡Cada vez que le
veo tengo la sensación de que la vida es más bella! Pero usted, usted me odia,
¿verdad? […]
-No digas
tonterías. Venga, te voy a llevar a tu casa.
-Dígame mi querida
Nola… Dígamelo otra vez.
-No puedo, Nola.
-¡Por favor!
-No puedo. Estas
palabras me están prohibidas.
-Pero ¿por qué?
¿Por qué, Dios mío? ¿Por qué no podemos amarnos si nos amamos?"
Puede que este
diálogo resultara hermoso si hubiera sido escrito por Shakespeare, pero en 1975
y en boca de una chica de 15 años suena todo menos creíble. Además, ¿el
sinónimo de felicidad es escribir en una terraza, mientras una chica tan joven
te sirve, te prepara la comida y hace todo cuanto le pides? Había muchas
situaciones en las que daba la sensación de que Nola no vivía su vida, sino que
vivía por y para Harry.
“No sé si creo en
Dios. ¿Cree en Dios, Harry? Si cree, entonces yo también creeré.”
En resumen, cuando
leía este tipo de cosas solo sentía una especie de vergüenza ajena y ganas de
arrancarme los pelos de la cabeza. Y después, en el desenlace, cuando se mezclan
sospechas de que la niña tenía el diablo dentro con sus extrañas visiones ya no
soportaba la historia.
En resumen, es un
thriller normalito, catalogado como “magistral novela” y “fenómeno mundial”,
con 700 páginas de las cuales sobra un tercio. Pese a todo, me ha hecho pasar
buenos ratos y me ha entretenido. El ritmo va decayendo progresivamente. Se
salva un poco al final con un giro argumental que, aunque esperado, no está
mal. Eso sí, también debo decir que no era para nada creíble.
Por todo lo dicho le daría un 5,5 o un 6 sobre 10.
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