miércoles, 6 de abril de 2016

La desaparecida celebración del 21 de marzo



Remembranza poética de DAVID PEÑA (@HeraXross en Twitter), 
alumno de 2.º bachillerato A, a propósito del Día Mundial de la Poesía,
aunque publicada con cierto retraso con respecto a este (por lo que se pide disculpas).

Hoy, 21 de Marzo, Día Mundial de la Poesía, quiero agradecer al mundo que hace más de cuatro años el azar o el destino pusiera en mis manos esta pequeña joyita de hojas vacías.

Puede que fuera amor a primera vista, o tal vez fuera un amor lento pero constante, exponencialmente intenso, pero sé que miraba los versos de esa portada como quien mira el reflejo de su alma. Eran palabras que hacían resonancia con mis latidos, con todo lo que sentía en esa época joven e indecisa.

Y supe entonces que yo también quería que mis palabras estuviesen algún día en un libro como ese.

Mi trayectoria como escritor, y en especial como poeta, es una historia que se cuece a fuego lento como todos los platos caseros, cocinando versos y párrafos con recetas profesionales y aliñada con los mejores sentimientos de cariño y bondad.

Me preguntará alguien un día, con suerte porque significará que me tiene en estima, lo que significa para mí la poesía, y el arte. Y puede que por un momento, atónito por su interés, reflexione y eche una mirada atrás en el tiempo, cuando mis primeras fechorías de escritor novato comenzaron, y responderé algo así: 

"Mi poesía es mi mundo, es algo que todos sabrán ya a estas alturas del camino. Habrás comprobado, si has leído con atención todos mis versos, que cada poema, cada palabra, son toda mi persona, soy yo exponiéndome al mundo, es todo lo que puedo ofrecer junto a mis ojeras y mi desaliñada apariencia.
Todo ese arte, tan imperfecto y lleno de sangre, sudor y lágrimas, son reflejo de mi vida, espejo de mi alma, imagen de mi corazón."

Sé que es probable que nadie entienda la fuerza y el empeño que pongo en intentar plasmar sentimientos en cada uno de mis poemas. Pero es que es así, cada uno de ellos tiene su propia intención, su único e inigualable mensaje.

Nunca he visto ser poeta como un trabajo del que pueda sacar dinero, y tengo por seguro que nunca será así, ya sea por el descendiente interés por la poesía, o por mi incapacidad propia de ser un autor hecho y derecho. Todo lo que escribo es un puro placer propio, no tengo mayores pretensiones, y saben muchos ya que poco me importa que cientos de personas vilipendien mis poemas. Con que a una única persona le haya siquiera esbozado una sonrisilla en su cara, entonces todo hasta entonces habrá merecido la pena.

Quiero agradecer con toda la fuerza de mis versos a las personas que me han apoyado incondicionalmente todo este tiempo:

Al periódico por su inestimable apoyo y por dejarme publicar con tanta libertad mis pequeñas elaboraciones.

(A los profesores tan sorprendentemente amables y atentos, aquellos que han tenido la paciencia y la virtud de llevarme por el buen camino de la literatura y que tanto aprecio.)

A Ella, sabe perfectamente quién, porque mis poemas nacen por ti, para ti y contigo. "¿Cómo siendo infinito el universo hemos podido encontrarnos aquí?"

A mi madre, porque sabe Dios que ella me enseñó a querer con el corazón; a mi hermana, porque de ella aprendí sobre el lado bueno de las cosas; a mi padre por decirme que está orgulloso de mí, no tiene ni idea de lo mucho que significan sus palabras; a mi familia al completo por todas las palabras de afecto que me han podido ofrecer y por confiar en mí día tras día.


A mi tío, por todo.

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