Crónica
de Alejandro Reñón Gutiérrez (1º ESO C)
El pasado martes, 17 de mayo de 2019, los
alumnos 1º ESO del IES Las Llamas estábamos muy contentos esa mañana, ya que
dentro de tan solo unos minutos vendría un autobús a recogernos. Este no venía
para que fuésemos a ninguna clase especial de otro recinto, sino que venía a
recogernos para emprender el viaje a los Picos de Europa.
Al llegar el autobús, todos estábamos muy
ansiosos de comenzar el recorrido, por lo que después de pasar lista, todos los
niños y niñas fuimos corriendo a por nuestros asientos en los que reposaríamos
el resto del trayecto.
Debido a que el viaje era muy largo (unas dos
horas) y a que a los que llevaban el móvil, las profesoras acompañantes
(Conchita y Mercedes) no les dejaban utilizarlo, nos las tuvimos que ingeniar
para entretenernos. Hablar, que era la principal actividad, al cabo de un rato,
se acabó, ya que en todo ese tiempo te daba tiempo a contar tu vida, entonces
empezamos a jugar a juegos como al “Piedra, papel o tijeras con castigo”, hasta
que terminó un poco mal alguno y se retiró. También, se jugó al “Yo nunca, nunca…” .
Tras pasar el nacimiento del Deva, recoger a
los guías y avanzar un rato, por fin llegamos al último tramo: el desfiladero
de la Hermida. Al pasar entre las dos paredes rocosas casi verticales, tenías
una sensación de protección, pero a la vez, también sentías miedo, porque
parecía que en cualquier momento el desfiladero se desplomaría sobre ti.
Además, la vegetación que asomaba por alguna parte del desfiladero y el río Deva,
que delimitaba las dos paredes, hacían del desfiladero una maravilla natural.
Más tarde, cuando por fin llegamos a la morrena, por la que íbamos a hacer el paseo, los guías nos explicaron lo primero las normas que había que seguir. Cuando terminaron, nos hablaron un rato sobre la historia de los Picos, y lo que más me sorprendió es que hace unos 100.000 años los Picos de Europa medían más de nueve mil metros de altura, por lo que eran más altos que el Himalaya, pero debido a la erosión entre las lluvias y la morrena del glaciar que hubo allí hace 10.000 años, menguaron hasta los 1.500 m de altura.
Un ratuco después comenzamos la visita divididos en dos grupos: A y B. Yo pertenecía al grupo B, que lo formaban 1º C y parte de 1º B. Fue una ruta de unos 5 km, pero cansaba mucho, debido a que había cuestas casi “verticales”. Lo principal que nos dijeron fue que en los Picos de Europa abundaban los hayedos y robledales, que en los robledales había más diversidad que en los hayedos, porque los robles dejaban pasar más luz a través de las hojas, por lo que en el suelo podrían vivir más especies de plantas, y por esto, habría también más animales, ya que algunos bichos los utilizarían como hogar y otros animales se podrían alimentar de la planta o de los frutos. Nosotros nos situábamos en un hayedo, y menos mal que no dejaban pasar mucha luz, porque si no, nos hubiésemos asado vivos. Otra cosa importante y graciosa de la ruta fue que nos encontramos un excremento de zorro, que se situaba en medio del camino, concretamente encima de una roca. El zorro no había cagado ahí porque le apetecía, sino para que el resto de machos del bosque supiesen que había alguien y se marcharan. Para finalizar la ruta, hicimos un pequeño descanso en el que todo el mundo se callaba y escuchaba los sonidos de los animales, aunque no salió muy bien, ya que algunos empezaron a hacer el tonto.
Al terminar la ruta, fuimos a los baños de un
bar de allí, y los dos grupos (A y B), nos subimos al autobús.
Todo el mundo estaba contento, debido a que
pensábamos que iríamos a comer, y teníamos demasiada hambre, pero cuando nos
enteramos de que teníamos que ir a un museo llamado Casa del Oso antes de
comer, casi nos desmayamos. Al llegar al museo, nos salvó la vida que estaríamos sólo un poco y que podíamos ir
por nuestra cuenta. En el museo hablaban del oso pardo en cada una de las
etapas de la Historia y cómo ha ido evolucionando su relación con el hombre,
pero lo que más me gustó fue una recreación de una cueva de un oso en periodo
de hibernación, porque había un momento en el que aparecía un oso que parecía
real, que se situaba en el centro de la cueva, tan solo a medio metro de
nosotros, por lo que la primera vez casi nos caemos para atrás del susto.
Y por fin llegó el gran momento: la hora de comer.
Para este grandioso momento, fuimos a un parque de Potes, en el que cada uno se
instaló donde pudo, pero eso sí, todo el mundo se puso a comer en lugares
sombríos, porque nadie quería morir abrasado por el calor que hacía. Después de
comer, jugamos por el parque y tras veinte minutos, todos fuimos a dar una
vuelta por el pueblo, hasta que nos encontramos con una calle sin salida.
Entonces dimos media vuelta y fuimos directos al autobús.
Al montarnos en el autobús, aunque ya fuesen
las cuatro de la tarde, todavía no volvíamos a casa, sino que tuvimos que ir al
Centro de Interpretación de los Picos de Europa, donde nos paramos a rellenar
un cuestionario sobre este parque nacional. Allí, estuvimos hasta las 17:00, y
por último nos subimos al autobús para regresar a casa.
Y así termino esta maravillosa excursión.
Crónica de
Fekru Jiménez Casal
El pasado
martes 14/5/19, los alumnos de primero hicimos una excursión a Fuente De.
Comenzamos a las 8 :30 h. en el instituto de Las Llamas y fuimos en autobús hasta
Fuente De. Parte del trayecto lo hicimos a las orillas del río Deva. Una vez
llegados a Fuente De, más o menos a las 11, nos separaron en dos grupos, 1º A y
1º B por un lado, y 1º C por otro lado.
Al grupo de
1A-B nos tocó con una guía que se llamaba Sara, que era la primera vez que
hacía de guía y también era una ex alumna de las Llamas. Al grupo C les tocó
con un guía llamado César.
La primera
cosa que hicimos fue una ruta por el bosque de la reserva de los Picos de
Europa. Antes de adentrarnos en el bosque nos enseñaron la montaña a la que
sube el teleférico, que es el Macizo Central. Un dato curioso: antes podía
medir hasta los 9.000 metros de altura, pero por la erosión fue disminuyendo la
altura, y antes era un gran glaciar.
Una vez ya
vistas y explicadas las montañas, nos adentramos en el bosque. La ruta que
hicimos por el bosque tenía alguna cuesta muy fuerte y, a pesar de que nos
parábamos cada poco tiempo para que nos explicara la guía muchos datos, fue
bastante interesante. La ruta era circular, es decir, empezaba y acababa en el
mismo punto, y tenía más o menos 6 km. Una vez concluida la ruta descansamos en
un descampado durante 15 o 20 minutos. Cuando acabamos el descanso, fuimos a
Potes a la Casa del Oso, donde estuvimos media hora y nos dejaron hacer la
visita solos. Seguidamente fuimos a un parque de Potes en el que hicimos un
descanso, comimos y jugamos. Al finalizar el descanso dimos un paseo por el pueblo,
y al acabar el paseo nos llevaron al centro turístico, donde realizamos una
actividad en la que teníamos que buscar por todo el Museo información e ir rellenando una ficha. Al acabar la visita regresamos al
instituto en el autobús.
Personalmente,
me parece que la excursión estuvo muy bien, aprendí y me reí mucho.
Crónica de Manuel Rodríguez Toca
Este martes (14/05/2019), nuestro grupo y los
demás se subieron al autobús para comenzar el viaje hacia Fuente De, y tardamos
unas dos horas en llegar, bastante más de lo que esperábamos. Durante la travesía
pasamos por el desfiladero de la Hermida, un paisaje que, desde mi punto de
vista, es alucinante.
Una vez llegamos a Fuente De, yo, a pesar de
que ya había estado allí una o dos veces, me sorprendí, porque es digno de ver. Después de
comer el tentempié, comenzamos a hacer un recorrido de senderismo de unos 5
kilómetros, había unas subidas tremendas, todos nos cansamos un montón. De
camino por el sendero, nos contaron que hubo una señora a la que llamaban
"La Osa de la Ándara" (el Macizo Oriental de los Picos), que hacía unos
quesos exquisitos, era pastora y minera, muy corpulenta y con mucho
bello, de ahí el mote.
Durante el viaje aprendimos muchísimas cosas,
de las cuales citaré unas pocas. Aprendimos el nombre de ríos: el Tina Mayor, el Menor, y el Deva.
Pero yo creo que lo mas importante fue que hace muchos años los Picos de Europa medían
unos 9.000 metros, pero la erosión y los glaciares los dejaron en su actual altitud, y
que su proceso de descomposición sigue su curso. Otro dato es que las cuevas de
los Picos de Europa son muy profundas y peligrosas. Hace 3.000 años, el haya
llegó a los Picos, sustituyendo a los robles, un claro ejemplo de esto es el
bosque de Quebres, que ahora casi solo tiene hayas y, de vez en cuando, un
avellano o roble. Los hayedos tienen poca bio-diversidad, ya que forman un
paraguas con sus hojas y no dejan pasar mucha luz, y por ende muchas especies
mueren.
Hubo unos cuantos sustos y caídas, pero todos
nos lo pasamos genial y aprendimos un montonazo sobre los Picos. Ahora llega la
parte de la Cueva del Oso, un museo que te habla del oso pardo. Casi me desmayo
al ver un disfraz de carnavales de este mamífero, daba mucho miedo. En general,
a mí me encantó, a pesar de que llegamos a Santander un poco tarde (19:00), de todas
formas, el llegar tarde no arruinó ni mucho menos el paisaje del Desfiladero de
la Hermida. A la vuelta paramos en el centro de interpretación de los Picos de
Europa para completar un cuestionario de 16 preguntas, un tanto largo.
Y, por último, comentaré un poco por encima lo
que hicimos en el autobús: cantamos canciones y hasta algunos se durmieron
esperando el regreso a casa, pero lo que mas detesté fue que algunos estuvieran
jugando con el móvil y no admirando el paisaje, que es algo que no vemos todos
los días. Una vez llegamos (a las 18:30) tuve que esperar un poco hasta que me
recogieron, pero Marcos y Paco tuvieron que esperar mucho más, ya que no tenían
batería para avisar al padre de Marcos de que llegábamos antes de lo planeado.
Debo agradecer personalmente a nuestra
profesora de Biología, Conchita, y a nuestros guías, César y Sara, por tener
tanta paciencia con nosotros.
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